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El Comercio
July 13, 2005
“We will not permit them to construct roads in Yasuní Park”
Quito Edition
Moi Enomenga, leader of Quehouenomo, one of the communities of the Huaorani people, did not leave out even one detail of the marche organized by his village in Quito.
Since 9am, close to 150 Huaorani have been gathered in El Arbolito Park, to the north, to try to stop the activities of the oil company Petrobras inside their territory, which is considered a protected area.
For this reason, Moi encouraged his partners, men and women who received instructions in the Huao language about the necessity of conserving their territory from the oil companies.
Dressed in his outfit, composed of a ring of feathers, necklaces, and his spear, he was speaking with his people and, at times, on his cellular phone, to give instructions. “We are going to make one voice,” he explained while Carlota Toca, of the Toñanpay community, organized the women.
They also arrived with their dress, the majority with their chests semi-nude or covered with necklaces and a skirt made of the bark of an Amazon tree known as “weuta.”
For Carlota Toca, who is 27 years old, the decision to maintain their territory free of the oil companies is of life or death. She still remembers when she was 12 years old and she heard them for the first time. “They have already deceived us before.”
“We are not going to permit the construction of roads in Yasuní,” she indicated. Minutes later, and in the form of litany, the women began to invoke the Gods of “sun” and the mother “earth,” that they would permit things to go well and that they would not destroy their territory that serves to raise their children.
Their journey began at 10am in the midst of the expectations of the people of Quito. They proceeded along Tarqui Avenue, they came up by the Diez de Agosto Avenue and advanced to the Central Bank, where Congress was in session.
Not even the hot asphalt, whose temperature at this time bordered on 28 degrees, impeded the shouts, “Manomay queka webaina,” or “Only the grave will impede our fight,” as well as “arroque wuau,” or “one voice,” thundering in the ears of those people who passed by close to the route.
At approximately 11:20, a delegation of indigenous people arrived at the National Congress, with members of CONAIE, of the Confederation of Indigenous Organizations of the Amazon, of the Federations of Indigenous People of Imbabura (FISE) and of the Coordination of Indigenous Organizations of the Amazaon Basin (COICA).
At this time, Moi had received more than ten calls to his cell phone. “They are supporting us in Brazil, Spain…” he indicated.
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EN ESPANOL
EL COMERCIO 13 de Julio del 2005
‘No permitiremos que construyan carreteras en el Parque Yasuní’
Redacción Quito
Moi Enomenga, líder de Quehuenomo, una de las comunidades del pueblo huaorani, no perdió ayer un solo detalle de la marcha organizada por su pueblo en Quito.
Desde las 09:00 cerca de 150 huaorani se concentraron en el Parque El Arbolito, al norte, para impedir que la empresa petrolera Petrobras realice actividades hidrocarburíferas dentro de su territorio, considerado una área protegida.
Por eso, Moi alentaba a sus compañeros, hombres y mujeres quienes recibían instrucciones en lengua “huao” sobre la necesidad de conservar su territorio alejado de las petroleras.
Vestido con su traje compuesto por una corona de plumas, collares y su lanza, hablaba con su pueblo y a ratos por celular para dar instrucciones. “Vamos a hacer una sola voz”, explicaba mientras Carlota Toca, de
la comunidad de Toñanpay organizaba a las mujeres.
Ellas también llegaron con su vestimenta, la mayoría con sus pechos semi desnudos o cubiertos con collares y una falda hecha de la corteza de un árbol amazónico conocido como “ weuta”.
Para Carlota Toca, de 27 años, la decisión de mantener su territorio libre de las petroleras es de vida o muerte. Ella aún recuerda cuando tenía 12 años y escuchó de ellas por primera vez. “Ya nos han engañado antes.
No vamos a permitir que construyan carreteras en el Yasuní”, indicó. Minutos después y en forma de letanía, las mujeres comenzaron a invocar al Dios “sol “y la madre “Tierra”, que les permitan salir bien y que no destruyan su territorio que servirá para que crezcan sus hijos e hijas.
El recorrido salió a las 10:00 en medio de la expectativa de los quiteños. Ellos avanzaron por la avenida Tarqui, subieron por la 10 de Agosto y avanzaron hasta el Banco Central, donde sesiona el Congreso.
Ni el asfalto caliente cuya temperatura a esa hora bordeaba los 28 grados impidió que gritos como “Manomay queka webaina”, o “solo en la tumba impedirán nuestra lucha”; así como “arroque wuau”, o “una sola voz”, retumbaban en los oídos de quienes pasaban cerca al recorrido.
Aproximadamente a las 11:20 ingresó una delegación de indígenas al Congreso Nacional, con miembros de la Conaie, de la Confederación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia, de la Federación de Indígenas de Imbabura (Fise) y de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica).
A esa hora Moi había recibido más de diez llamadas en su celular. “Nos están apoyando de Brasil, España...”, señaló.
Miércoles, 13 de Julio del 2005 |