El Comercio
Petroleum:
The hour of truth
The Ecuadorian economy will continue to be primarily
dependent on oil exports, and the government
knows it cannot allow the sector to repeat the
low yields of 2007. The -9.8 registered last
year affected the modest growth of the Gross
Domestic Product, and reflects that in Ecuador
the conditions were not right to take advantage
of the high global oil prices, in both public
as well as private sectors.
In regard to the latter, the relations between
the state and oil companies have been tense,
to the point that Joseph Stiglitz, Nobel laureate
in economics, speaks of a 'sub-invested' oil.
It is clear that the Government realizes the
need to incorporate into production as soon
as possible the camps located in the Yasuni
National Park. It does not ignore the role of
private investment, to the point it that appears
ready to soften the formula of 99% -1% to distribute
the surplus in oil prices.
The state sector announced their intention
to earmark U.S. $2,055 million for the investment
of $5,147 posed as Petroecuador's annual budget.
The Minister of Energy calls for production
goals and commitments so that the state administrators
will execute investment projects. From 2000
to 2006 the state administrators have fulfilled
just 49%, and last year was not a substantial
improvement.
This year, the legacy of the past will not
be able to be used as an argument to justify
the mismanagement at Petroecuador, which needs
to be more efficient in extracting and refining
oil derivatives. While the cost of fuel imports
does not override income generated from the
export of crude oil, the balance would be better
if we depended less on the former.
The question is whether the state company Petroecuador
can meet expectations. Right now, it seems difficult
since there are no political signals indicating
that the company is moving toward a restructuring
of the fund, which includes making their finances
more transparent, an indispensable condition
for any efficient activity. ______________________________
EN ESPAÑOL
El Comercio
Petróleo:
La hora de la verdad
La economía ecuatoriana seguirá
atada principalmente a las exportaciones petroleras,
y el Gobierno sabe que no puede dejar que el
sector repita este año los bajos rendimientos
del 2007. El -9,8 registrado el año pasado
incidió en el modesto crecimiento del
Producto Interno Bruto, y refleja que en el
Ecuador no se dieron las condiciones para aprovechar
la coyuntura mundial de los altos precios del
crudo, tanto desde el sector público
como del privado.
En cuanto al segundo, el entorno de las relaciones
entre el Estado y las petroleras ha sido ruidoso
y tirante, al punto que el mismo Joseph Stiglitz,
premio Nobel de Economía, habla de una
'subinversión' petrolera.
Es evidente que el Gobierno se da cuenta de
la necesidad de incorporar a la producción,
lo más pronto posible, incluso campos
como los ubicados en el Parque Nacional Yasuní.
Tampoco ignora el papel de la inversión
privada, al punto que parece dispuesto a suavizar
la fórmula del 99%-1% para repartir el
excedente del precio del petróleo.
En cuanto al sector estatal, se anuncia la
intención de destinar USD 2 055 millones
de dólares para inversión, de
los 5 147 planteados como presupuesto anual
de Petroecuador. El Ministro de Energía
pide metas de producción y compromisos
para que los administradores de la estatal ejecuten
los proyectos de inversión, pues desde
el 2000 hasta el 2006 estos se han cumplido
en apenas el 49%, y el año pasado no
ha sido sustancialmente mejor.
Este año, la herencia del pasado no
podrá esgrimirse como argumento para
justificar la mala gestión en Petroecuador,
que necesita ser más eficiente en la
extracción de crudo y en la refinación
de derivados. Si bien el costo de las importaciones
de combustibles no anula los ingresos generados
por la exportación de crudo, la balanza
sería mejor en caso de que dependiéramos
menos de las primeras.
La pregunta es si la empresa estatal Petroecuador
podrá responder a las expectativas. Por
ahora parece difícil, pues no hay señales
políticas que indiquen que la empresa
vaya hacia una reestructuración de fondo,
que incluye la transparencia de sus finanzas,
condición indispensable para cualquier
actividad eficiente.
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