El Comercio
Prohibition
Doesn't Stop Logging in the Untouchable Zone
The trees of the Yasuní National Park
continue to bleed. A forest inspection confirmed
the presence of loggers within the "untouchable
zone" (zona intangible) reserved exclusively
for the uncontacted indigenous people living
there.
The control operation was performed by five
policemen and the director of Yasuní
National Park, Alonso Jaramillo. Guided by two
indigenous Waorani, the group traveled the Tiwino,
Cononaco and Cuchiyacu Rivers.
According to Jaramillo, traveling on the Cuchiyacu
River allowed the group to observe several metal
canoes in which loggers transport planks. The
canoes were hidden in the undergrowth or buried
on the shores of the river, Jaramillo reported
after the trip.
They also saw cedar planks piled on the banks,
so that when the river rises, the wood will
be swept along in the large currents. While
the wood descends on the Cuchiyacu River, the
loggers wait for it where that river opens into
the Cononaco River.
Later, they will transport the wood upriver
on the Shiripuno River and then collect it next
to a bridge to be loaded onto trucks. However,
Jaramillo indicated that he can seize neither
the wood nor the canoes. "To move [seize]
this wood requires canoes of great capacity
and great number, in addition to a military
and police guard."
Jaramillo also said that on the shores of the
Shiripuno River, the group found seven logging
camps, four of which were still active. "While
it's good that for now some camps are unoccupied,
we know that after a while [the loggers] can
come back and reoccupy while they work in the
jungle."
The camps have a basic infrastructure that
lets them go several days unoccupied. They are
raised with stakes covered with black plastic.
Loggers stay there for at least 20 days, cutting
down the trees that later will be transported
to other cities in the country.
In addition, the group found cut wood. "There
were over 800 planks, all cedar, piled in the
camps we found," confirmed Jaramillo.
The group also detected a new problem: the
invasion of new species of animals that are
not native to the area.
In the camps, they counted 12 mules, used to
transport wood.
"It is completely prohibited to introduce
non-native species of animals in the north of
Yasuní [National Park], much less in
the Untouchable Zone, where the mules were found,"
said Alonso Jaramillo.
The operation also arrested Héctor Jaramillo
and Isabel Santana, who were found in one of
the logging camps.
A formal report will be issued charging the
two with illegal extraction of forest products
within the Untouchable Zone of Yasuní
National Park.
According to a video, when Héctor Jaramillo
was arrested, he stated, "We are here because
we have spoken with the Waorani to gain permission
to enter and work."
David Ahua, president of NAWE (the Waorani
Nations of Ecuador), indicated that "there
are Waorani who make these agreements. But we
are working to end this. There are currently
three communities in the Untouchable Zone that
make these agreements with the loggers."
The three communities are Ñoneno, Bohanamo,
and Bahameno.
According to Alonso Jaramillo, what should
be done in these cases is to install permanent
checkpoints on the Shiripuno River bridge. "This
is the necessary entrance for the wood from
these rivers. But the Ministry of the Environment
lacks the people and the desire to install checkpoints,"
said the official.
A Risk Zone
The Untouchable Zone of the Tagaeri/Teromenani
was declared February 2, 1999. Logging and forest
extraction are prohibited in this zone and in
Yasuní National Park.
Loggers will probably return for the wood that
the group found but could not seize, said Jaramillo.
The presence of loggers in the area creates
a risk of possible encounters with the uncontacted
tribes of the Tagaeri and Taromenani.
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EN ESPAÑOL
El Comercio
La veda de
madera no frena el tráfico del cedro
en la zona intangible
Los bosques del Parque Nacional Yasuní
siguen desangrándose. Durante una inspección
forestal se constató la presencia de
los madereros dentro de la zona intangible.
Esta área es reservada exclusivamente
para los pueblos todavía no contactados
que allí habitan.
El operativo de control fue realizado por cinco
policías y el director del Parque Nacional
Yasuní, Alonso Jaramillo. El grupo, que
fue guiado por dos indígenas huaorani,
recorrió los ríos Tiwino, Cononaco
y Cuchiyacu.
Según Jaramillo, la travesía por
el río Cuchiyacu permitió observar
varias canoas metálicas en las que los
madereros transportan los tablones. Estas se
encuentran escondidas entre la maleza o enterradas
en las orillas del río, comentó
luego del trabajo.
También se vieron tablones apilados
en las riberas. Esto con el propósito
de que cuando suba el cauce, el cedro sea arrastrado
a los afluentes grandes. Es decir, mientras
la madera baja por el río Cuchiyacu,
los madereros la esperan en la bocana con el
río Cononaco.
Luego la trasladan en contracorriente por el
río Shiripuno y a continuación
la recogen junto a un puente para transportarla
en los camiones. Sin embargo, Jaramillo indicó
que no se pudieron decomisar ni la madera ni
las canoas. "Para trasladar esa madera
se necesitan canoas de gran capacidad y en mayor
número, además del resguardo militar
y de más policías".
Jaramillo también contó que en
las orillas del río Shiripuno se encontraron
siete campamentos madereros, de los cuales cuatro
permanecen activos. "Si bien por ahora
algunos campamentos están desocupados,
se conoce que luego de un tiempo pueden volver
a ocuparlos quienes realizan este tipo de tareas
en la selva".
Estos reductos tienen una infraestructura básica
que permite pasar unos días. Es decir,
son levantados con estacas en las que se acondiciona
una cubierta de plástico negro. Ahí
es donde los madereros permanecen por lo menos
20 días, mientras talan los árboles
que luego serán llevados en vehículos
a otras ciudades del país.
Además, en el recorrido se encontró
madera aserrada. "Creo que alrededor de
800 tablones, únicamente de cedro, están
amontonados en los campamentos que fueron encontrados",
confirma Jaramillo.
En el recorrido que hizo el grupo también
se detectó un nuevo problema. Se trata
de la inserción de nuevas especies de
animales que no son propias de esta zona.
En dichos campamentos se contabilizaron 12
mulas que son utilizadas para transportar la
madera.
"Si hablamos de que en el norte del Yasuní
es completamente prohibido introducir especies
de animales que no son de la zona, ni hablar
en la Zona Intangible, que es donde se encontraron
a los mulares", indicó Alonso Jaramillo.
Durante el operativo se detuvo a Héctor
Jaramillo e Isabel Santana, quienes se encontraban
dentro de uno de estos campamentos.
Contra ellos se presentará una denuncia
legal, la figura de la acusación será
la extracción ilegal del producto forestal
en la Zona Intangible del Parque Yasuní.
De acuerdo con un video, en el momento en que
se captura a Héctor Jaramillo, él
manifiesta: "Nosotros estamos aquí
porque hemos hablado con los huaorani para poder
entrar a trabajar".
Sobre esto David Ahua, presidente de las Nacionalidades
Huaorani del Ecuador (Nawe, en huao), señala
que "sí existen huaorani que hacen
estos negocios. Pero nosotros ya estamos hablando
para que esto termine.
Precisamente existen tres comunidades en la
Zona Intangible que harán los controles
a los madereros". Se refiere a las comunidades
Ñoneno, Bohanamo y Bahameno.
Según Alonso Jaramillo, lo que se debe
hacer en estos casos es instalar controles permanentes
en el puente de río Shiripuno. "Este
es el puerto obligado adonde llegan con la madera
desde los ríos. Pero el Ministerio del
Ambiente no cuenta con el personal ni el presupuesto
para instalar los puestos de vigilancia",
dice el funcionario.
Una zona de riesgo
El 2 de febrero de 1999 se decreta la Zona
Intangible Tagaeri - Taromenani. En esta zona
y en el Parque Nacional Yasuní está
prohibida la explotación forestal.
Los tablones de cedro encontrados y que no
pudieron ser sacados de la zona, posiblemente
sí sean trasladados por los madereros,
quienes regresarán a buscarlos, dice
Jaramillo.
La presencia de los madereros en esta zona
implica también el riesgo de un posible
encuentro con los pueblos ocultos tagaeri y
taromenani.
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