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El Comercio
Justice in the Texaco Case
On June 26, the Federal Court of New York confirmed the legal competence of the Ecuadorian judges to rule on this case for the legal damages that more than 30,000 affected residents of the Amazon brought against the oil company Chevron-Texaco. The ruling denied the multinational company’s request for arbitration on the appeals of the plaintiffs, who are affected by deaths of family members, chronic illnesses, and the ecological destruction of their habitat, caused by the use of obsolete technology in the extraction of crude oil in the area. The court’s decision is a verdict for justice in the long judicial process that has already lasted more than 14 years, with testimony before courts in the U.S. and in Lago Agrio, Ecuador. The plaintiffs seek compensation for the conflicts between hydrocarbon exploitation and the lives and well-being of the indigenous Amazonian peoples, such as the destruction of the fragile ecosystems in their care.
Chevron-Texaco, in its 26 years of oil operations in western Ecuador, has drilled 339 wells, raised numerous production stations, and operated 15 crude oil camps. They have also abandoned 627 pools of toxic waste, 408 sites contaminated from pipeline leaks, and 18 billion gallons of toxic water spilled in rivers and streams. In addition, they left a lethal pollution in the air produced by incontrollable burning of 235 billion cubic feet of gas.
This monstrous and inhumane poisoning of the environment has gravely affected five indigenous nations in the area: the Siona, Secoya, Cofán, Waorani, and Kichwa nations. Members of these groups have elevated levels of skin cancer, miscarriages, stomach carcinogens caused by fuel-infected water, respiratory and urinary tract ulcers, and even genetic alterations.
The cattle, pigs, and poultry that have drunk water contaminated by oil products, such as benzyl and arsenic, have been decimated and continue to perish. Crops and forest vegetation, irrigated with the same foul water, become limp and cease to produce fruit; this economically devastates the indigenous communities who sell the food for a living.
All of the alleged damages have been proven, evaluated, and quantified in the Ecuadorian courts by foreign experts named in the lawsuit. Therefore, the New York court denied the company’s arbitration demand and expressed its confidence in the Ecuadorian judges for the final sentence on reparation and compensation for the destruction wrought on the lives and well-being of the Ecuadorian plaintiffs.
The decision creates an international precedent for future concessions that Ecuador will grant to foreign oil companies interested in exploration, extraction, and sale of Ecuadorian crude oil, by declaring that one cannot ignore the personal, economic, and ecologic stakes of the indigenous Amazonians.
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EN ESPAÑOL
El Comercio
Justicia en caso Texaco
La Corte Federal de Nueva York confirmó, el 19 de este mes, la competencia legal de jueces ecuatorianos para dirimir en el juicio, por daños y perjuicios, que más de 30 000 damnificados de la Amazonía entablaron contra la petrolera Chevron-Texaco, desechando el pedido de esa multinacional de resolver por arbitraje los reclamos de los demandantes afectados por muertes de familiares, enfermedades crónicas y ruina ecológica de su hábitat, causados por el uso de tecnología obsoleta en la extracción del crudo de esa concesión.La decisión de dicha Corte significa un veredicto de justicia en el largo proceso judicial que, por mas de 14 años, se sustancia ante tribunales norteamericanos y de Lago Agrio en procura de una indemnización que repare las realidades conflictivas entre la explotación hidrocarburífera, la vida y la salud de los pueblos indígenas amazónicos, así como la destrucción mercantilista de los ecosistemas frágiles en su conservación.
La Chevron-Texaco, durante 26 años de explotación petrolera en el Oriente del País, perforó 339 pozos, levantó rudimentarias estaciones de producción y operó 15 campos de crudo, dejando abandonadas con desechos tóxicos 627 piscinas, 408 sitios contaminados por derrames de las tuberías, una letal polución en el aire respirable como producto de la quema incontrolada de 235 000 millones de pies cúbicos de gas, así como 18 000 millones de galones de aguas tóxicas vertidas en varios ríos y riachuelos de la zona.
Este monstruoso e inhumano envenenamiento provocado en el medio ambiente ha afectado mortalmente a cinco nacionalidades indígenas que son: Siona, Secoya, Cofán, Huaorani y Kichwa, en cuyos habitantes se ha detectado un alto índice de cáncer de piel, abortos espontáneos, carcinomas estomacales por beber agua infectada por carburantes, ulceraciones en las vías respiratorias y urinarias, así como alteraciones genéticas en la descendencia de los pobladores nativos.
El ganado vacuno, porcino y aves de criaderos avícolas que han bebido agua de fuentes corrompidas por sustancias componentes del crudo, como el benzol y el arsénico, han quedado diezmados y siguen pereciendo.
Los cultivos alimenticios y la vegetación forestal , regados por el mismo líquido viciado; languidecen y cesan de producir sus frutos, irrogando pérdidas monetarias a las comunidades aborígenes que comercian dichos insumos para su subsistencia.
Todos los daños y perjuicios citados han sido comprobados, evaluados y cuantificados en territorio ecuatoriano por peritos extranjeros nombrados en las sustanciación del pleito. Por esta reflexión, la Corte neoyorquina desechó el arbitraje pedido por la empresa demandada y radicó competencia en jueces de Ecuador para la sentencia definitiva sobre reparación y compensación del dantesco deterioro irrogado a vidas y bienes de ecuatorianos.
La decisión crea un precedente internacional para futuras concesiones que el Ecuador otorgue a petroleras foráneas interesadas en exploración, extracción y comercialización de nuestro crudo, negociación que no podrá ignorar el interés vital, económico y ecológico de los pueblos amazónicos.
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