Three Waorani Families Live off of Logging in the Forests of Orellana
4/22/2006
Orellana Dispatch
While the Waorani leadership condemns illegal logging, the Wao communities that live close to Yasuní National Park (PNY) and the Intangible Zone cut the forests on a large scale.
Three families from Pindo, Ñoneno and Tiguino are beneficiaries of this illegal activity. This is according to a report written by the Yasuní National Park authorities.
The names of the involved are: Iqui Ima; Bave Ima; Manuel Kaiwa; Mingui Agua and Iteca. They have agreements with loggers to extract cedar in this zone. Additionally, they provide protection and accommodations to the Ecuadorian and Colombian workers employed to log.
According to the document, the reasons that the unstoppable logging continues in the Biosphere Reserve are: the lack of support from the Military and Police control centers and a reduction in the resources designated for the inspection of PNY.
Alonso Jaramillo, representative of PNY in Orellana, explained that the Environmental Minister designated about $60,000 for the management of the Park this year. However, $500,000 is required to implement the Diagnostic Management Plan of the protected area. “With that the park could hire 22 new park rangers to support the existing nine rangers. Additionally, there would be resources for action.”
Management in this zone is a dangerous activity. Last Wednesday, at 1:30PM, Jaramillo made a trip along the Chiripuno River, located 92km south of Francisco de Orellana (Coca).
The objective was to find out more about the supposed attack of two loggers, William Angulo (died) and Gilder Moreira (injured), by the Tagaeri –Taromenane on April 12 th.
In Ñoneno, the inhabitants have parts of the spears used in the incident. “By the characteristics of the spears, you can deduce that it was them. However, it has not been ruled out that indigenous people weren’t also killed or injured, since the loggers use guns for defense. Because of this, the authorities should investigate.”
In the Wao Community, some 400 cedar boards were being stored, which would be sent by road to Tulcán and Colombia.
During the visit an altercation occurred between Jaramillo and Kaiwa, leader of Ñoneno, who pointed a spear at Jaramillo in protest of restrictions on the transportation of wood.
“He is one of the main players in the sale of wood. According to one of the loggers, this Waorani receives fifty cents for every board.”
In the zone of the Chiripuno River, the commercial logging of Cedar is in the hands of Kaiwa; in the community of Tiguino, it is controlled by Qui and Bave Ima, and in Pino, by Mingui Awa and Inteca. Nevertheless, no one can slow this illegal activity.
The leadership of the Organization of the Waorani Nationality (ONWAE) also has not had positive results. To look for alternatives, two control stations were constructed and financed by the petroleum company Encana in the Pindo sector. Similarly, another is being constructed on the entrance to the bridge over the Napo River.
In the meantime, Marco Vargas, a member of the Tobeta Waorani community, said that colonists are dedicated to the exploitation of timber. “They deceive us with food, liquor and motors, and they take to wood. Now we are going to slow the exportation of cedar boards.”
A Dark Business
The loggers cut cedar trees in the territory of the uncontacted Tagaeri-Taromenane communities. They use their trails and occasionally arrive at their homes in the forest.
For the logging trips, twenty person groups are organized, who are divided into teamsof three to cut the trees and make boards with chainsaws.
Reports of canoes with wood on the Chiripuno are frequent, but there aren’t official data.
Two Mortal Victims
The greed for cedar led to a series of deaths in the Tiguino and Chiripuno zones, but only two have been officially registered. On August 11 of 2005, Héctor España, 28 years old, was murdered on the Chiripuno River.
The body was found with the marks of more than 38 spears of 2.5m of length. Since then, Joel Bustos, the public prosecutor of Orellana, has been put in charge of the investigations, but they have not been advanced.
According to Johnny España, brother of the victim, his brother entered the forest to log on the 9 th of August, in the company of his employer Líder Basurto.
The last bloody event occurred on Wednesday April 12 th, when Gilder Moriera and William Angulo, were supposedly attacked with spears. The two received their first treatment on April 14 in the Franciso de Orellana Hospital, and then were transferred to Eugenio Espejo Hospital.
There, William Angulo died after surgery and Gilder Moriera waits for the removal of a fragment of spear that is still stuck in his back.
______________________________
EN ESPAÑOL
Tres familias waorani viven de la tala de los bosques en Orellana
4/22/2006
Redacción Orellana
Mientras la dirigencia de los waorani condena la tala ilegal, las comunidades wao que viven cerca del Parque Nacional Yasuní y la Zona Intangible cortan los bosques a gran escala.
Tres familias de Pindo, Ñoneno y Tiguino, estarían beneficiándose de esta actividad ilegal. Así lo dictamina un informe elaborado por las autoridades del Parque Nacional Yasuní (PNY).
Los nombres de los involucrados son: Iqui Ima; Bave Ima; Manuel Kaiwa; Mingui Agua e Iteca. Ellos mantienen convenios con madereros para la extracción de cedro en esta zona. Además, entregan protección y alojamiento a los trabajadores ecuatorianos y colombianos encargados de talar.
De acuerdo al documento, las causas para que continúe imparable la tala del cedro dentro en la reserva de Biosfera son: la falta de apoyo del Ejército y la Policía en los operativos de control y el reducido presupuesto asignado para la inspección del PNY.
Alonso Jaramillo, responsable del PNY en Orellana, explicó que el Ministerio del Ambiente asignó este año, cerca de 60 000 dólares para el cuidado del Parque. Sin embargo, para poner en marcha el Plan de Diagnóstico de Manejo del área protegida se requieren 500 000 dólares. “Con ello se contratarían 33 nuevos guardaparques y se sumarían a los nueve existentes. Además, habría recursos para la movilización”.
El control en esta zona es una actividad peligrosa. El miércoles anterior, a las 13:30, Jaramillo realizó un recorrido por el río Chiripuno, ubicado a 92 kilómetros al sur de Francisco de Orellana (Coco).
El objetivo fue conocer más detalles sobre el supuesto ataque de los Tagaeris -Taromenane, ocurrido el pasado 12 de abril, a los madereros Willian Angulo (fallecido) y Gilder Moreira (herido).
En la comuna de Ñoneno, los habitantes guardan parte de las lanzas utilizadas en el incidente. “Por las características de las armas, se puede deducir que fueron ellos. Sin embargo, no se descarta que también hayan muertos y heridos indígenas, debido a que los madereros utilizan armas de fuego en su defensa. Por ello, las autoridades deben investigar”.
En esa comunidad wao, estaban arrumados unos 400 tablones de cedro, los cuales se envían por carretera hasta Tulcán y Colombia.
Durante la visita surgió un altercado entre Jaramillo y Kaiwa, líder de Ñoneno, quien lo apuntó con una lanza, en protesta a los controles por la salida de la madera.
“Él es uno de los principales involucrados en la venta de madera. De acuerdo a la versión de los madereros, este waorani recibe 50 centavos por cada tablón”.
Esta es la segunda ocasión que Jaramillo recibe amenazas de los wao por los controles.
En la zona del río Chiripuno, la comercialización del cedro está en manos de Kaiwa; en la comuna Tiguino, de la familia de Iqui y Bave Ima y en Pindo, de Mingui Awa e Inteca. No obstante, nadie ha podido frenar esta ilegalidad.
Ni la dirigencia de la Organización de Nacionalidades Waoranis, tiene resultados positivos. Para buscar alternativas, se construyen dos puestos de control financiados por la petrolera Encana en el sector de Pindo.
Asimismo, se edificará otro en el ingreso al puente sobre el río Napo.
Entre tanto, Marco Vargas, miembro de la comuna waorani de Tobeta, dijo que los colonos están dedicados a la explotación maderera. “Nos engañan con comida, licor, motores y se llevan la madera. Ahora vamos a frenar la salida de tablones de cedro”.
Un negocio oscuro
Los madereros cortan árboles de cedro en el territorio de los pueblos no contactados Tagaeri-Taromenane. Utilizan sus senderos y en ocasiones llegan hasta sus casas en el bosque.
Para las jornadas de tala se organizan grupos de 20 personas, quienes se dividen en equipos de tres para cortar los árboles y hacer tablones con motosierras.
Los reportes de canoas con madera en el Chiripuno son frecuentes, pero no hay cifras oficiales.
Dos víctimas mortales
La codicia por el cedro desató una serie de muertes en las zonas de Tiguino y Chiripuno, pero solamente se tienen registro de dos. El pasado 11 de agosto del 2005, Héctor España, de 38 años, fue asesinado en río Chiripuno.
El cuerpo fue hallado con la incrustación de más de 38 lanzas de 2,50 metros de largo. Desde entonces, las investigaciones están a cargo del fiscal de Orellana, Joel Bustos, pero no ha avanzado.
Según Johnny España, hermano del fallecido, su hermano ingresó a talar, el 9 de agosto del 2005, en compañía de su empleador Líder Basurto.
El último hecho de sangre ocurrió el miércoles 12, cuando Gilder Moreira y Willian Angulo, supuestamente fueron atacados con lanzas. Los dos recibieron los primeros auxilios, el 14 de abril, en el Hospital de Francisco de Orellana y luego fueron trasladados al hospital Eugenio Espejo.
Allí, falleció Willian Angulo después de una cirugía y Gilder Moreira espera que le extraigan un fragmento de lanza que tiene incrustado de la espalda.
|